La reducción de la pobreza y el hambre son objetivos alcanzables.
En Nicaragua casi una de cada dos personas (46%) vive en situación de pobreza, alcanzando a 2,4 millones de personas en el 2005 y de las cuales 1,7 millones viven en las zonas rurales del país(67,9%). La pobreza impacta de manera diferente a la población, según razones de genero, etnias y capacidades diferentes. Conocer esas particularidades es importante porque la pobreza afecta de diferente forma a los diversos grupos sociales y si no se actúa sobre las causas que provocan o agravan su condición de pobreza, se mantienen las relaciones de poder que provocan su posición de subordinación en la sociedad.
La reducción de la pobreza es una responsabilidad de todos.
El Estado tiene un rol central en las estrategias de reducción de la pobreza a través de la inversión pública y de la prestación de los servicios públicos para cumplir con los mandatos de la Constitución Política de la República de Nicaragua y la promoción de un Estado de Derecho.
En ese contexto, los derechos humanos constituyen el marco ético y moral que debe guiar el quehacer del Estado y de todos los grupos y sectores sociales , incluido el sector privado y el religioso.
El riesgo de estar desnutrido es 6 veces mayor para niños que viven en pobreza.

Para reducir el hambre y aumentar la seguridad alimentaria y nutrición se requiere de acciones integrales en las áreas:
- Promover el rescate de la cultura alimentaria nicaragüense , particularmente de aquellos productos con propiedades nutritivas.
- Garantizar el acceso a la educación, las condiciones sanitarias y los servicios de agua potable.
- Apoyar el desarrollo de iniciativas productivas equitativas.